El Coaching Personal y la rana que no sentía el calor
Vamos a imaginar que un cocinero quiere cocinar ancas de rana y se le ocurre meter un par de ranas vivas en una olla de agua hirviendo, éstas saltarán sólo al tocar el agua.
Sin embargo, si mete a las ranas en una olla de agua fría al comienzo y va subiendo la temperatura poco a poco: 21º, 22º, 23º, haciendo que el agua gradualmente esté más caliente, las ranas se atontarán y lo más probable es que los pobres animalitos acaben cocidos sin darse cuenta.
Eso es lo que pasa a veces en la vida, muchas veces no nos damos cuenta de los cambios graduales que se van produciendo a nuestro alrededor, y es por esto que llega un momento en el que la desorientación es tal que nos impide “saltar de la olla”. Es decir nos quejamos de lo que nos pasa pero no hacemos nada para cambiarlo..
A veces no somos conscientes que en la vida nos pasa eso, en un trabajo, una relación de pareja, estamos ahí como las ranas y va subiendo la temperatura. Estamos en una monotonía, en un aparente confort pero que en realidad es un disconfort y que en muchas ocasiones nos va convirtiendo en ranas hervidas.
Lo que hace el coaching es bajar la temperatura, ayudarte a salir de ese disconfort y motivarte a que vayas en busca de esas cosas que te pueden hacer feliz de verdad. Las cosas que nos gustan no sirven de nada si sólo las imaginamos en nuestra mente, hemos de pasar a la acción y convertirlas en realidad. Ahí también nos ayuda el Coach pues es cómo contar con un entrenador que sigue tus pasos y te empuja a que cumplas tus objetivos.
El Coaching te propone tener una compañía que te apoye y saque lo mejor de ti para conseguir tus objetivos. ¿Qué objetivos? Cualesquiera, son los tuyos y sólo tú sabes que quieres y lo que te puede hacer feliz. Sí, he dicho Feliz, pues esa es la palabra mágica que la mayoría buscamos.
Oportunidades en la vida existen pero las hemos de generar y aumentar la probabilidad de que esas cosas pasen. Hay veces se debe decidir ya que de no hacerlo permites que decida la vida por ti, las circunstancias o las casualidades.
El miedo es un arma paralizante que utiliza el cerebro desde el principio de los tiempos para ayudarnos sobrevivir ante determinadas circunstancias. Se segregan substancias en nuestro cuerpo que nos hacen reaccionar en milésimas de segundos y nos hacen estar alerta o preocupados de lo que sucede en nuestro alrededor.
En muchas ocasiones el miedo en la vida cotidiana es totalmente injustificado si lo analizáramos de forma racional, proviene de interpretaciones de lo que vemos o de lo que creemos de nosotros mismos. Pero… aunque no sea real, si lo es para nosotros y puede tener la suficiente importancia para descartar las oportunidades que nos pueden ayudar a crecer personal o profesionalmente.
¡Despierta! el miedo no es siempre real.
Si lo intentas puedes fracasar. Si no lo intentas, ya has fracasado.
¿Quieres dejarlo todo en manos del destino o prefieres ser tú quien dirija el rumbo de tu propia vida?
¿Algunos ejemplos de a quién les ayudaría un Coach?
- En el campo laboral, a personas que creen que es el momento de hacer una mejora en su vida profesional y se plantean un cambio de empleo, una reinvención o un ascenso profesional.
- Personas que no tengan objetivos claros y necesiten definirlos
- Quién quiera poner en práctica un plan estratégico de búsqueda de empleo o encontrar proyectos por los que motivarse.
- Crisis vocacionales, momentos de transición familiar, preparar proyectos laborales independientes o cambiar de carrera.
- Emprendedores que quieran lanzarse a la aventura de iniciar su propio proyecto, explorar todas las acciones o posibilidades junto a alguien que les ayude a sacar lo mejor de ellos y de sus ideas.
- A toda persona que desee realizar cambios positivos en su vida.
- Quién deba planificar cómo afrontar temas personales (autoestima, nuevos hábitos, solución de problemas familiares, etc.)
- En las relaciones sentimentales tanto se puede definir un objetivo para conseguir una nueva pareja como para mejorar el estado de la relación actual.
- Afrontar un problema valorando todas las posibles soluciones y consecuencias.
- A padres que quieren mejorar la relación con sus hijos y quieren marcarse objetivos de mejora.
- Quien quiera cambiar cosas, cumplir sueños o responsabilizarse de la dirección que toma su vida.
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